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Suplemento a la “Historia de una neurosis infantil” de Freud (1928), de Ruth Mack Brunswick

Actualizado: 23 sept 2018




Receta escrita por Sigmund Freud para la esposa de Sergei Pankejeff, 22 de noviembre de 1919.  Freud prescribió una solución de yodo en alcohol, para uso externo. La misma se indicaba típicamente como contrairritante para problemas de la piel.
Prescripción

En este “suplemento” reproducido en 1928 en The International Joural of Psycho-Analysis y actualizado por la autora en 1948 para The Psychoanalytic Reader de Nueva York, encontramos a un Hombre de los Lobos que se pasea por la sala de espera de la psicoanalista de turno mirando su rostro en los espejos del lugar, se lamentaba de ser víctima de un daño en la nariz. Padecía de una idée fixe hipocondríaca afirma Mack Brunswick. El paciente llega a ella en octubre de 1926 (había terminado su análisis con Freud en 1920) y cuando en 1926 decide verlo, se le “sugiere” que sea con Ruth y no con Sigmund que debía analizarse. Poco sabemos del porqué de dicha indicación. Se nos informa que esta reseña abarca cinco meses de tratamiento, aunque dos años después el paciente vuelve al consultorio para reanudar un análisis de varios años.

Si bien, de modo muy general podemos decir que la autora basa su análisis en un “residuo no resuelto” de la transferencia del paciente con Freud (a quien culpaba de no haberlo dejado partir hacia Rusia para salvar su fortuna), el lector podrá encontrar en el artículo momentos de interés que van desde un diagnóstico de paranoia de tipo hipocondríaco - lo que produce cierto escándalo en el medio psicoanalítico del momento como muestran las réplicas de Muriel Gardiner, quien afirmaba que nada de psicosis encontraba ella en Sergei- pasando por versiones del famoso sueño de los lobos - entre otros - que el paciente actualiza para su nueva analista. El lector puede también deleitarse –no sin perplejidad- viendo a la psicoanalista intentando convencer a Pankejeff de no ser el hijo favorito de Freud. Por otro lado, el mismo Sigmund Freud hacía una colecta año a año para solventar a Sergei. También Mack Brunswick trataba de convencerlo de que ella no hablaba con Freud sobre su caso, el lector podrá juzgar a lo largo del suplemento que sí lo hacía. El hecho mismo de que Ruth Mack Brunswick lo atendiera sin cobrarle habla del lugar que el paciente ruso tenía, no solo para Freud y para Mack Brunswick, sino para la comunidad psicoanalítica internacional que colaboraba de una forma u otra a mantener viva esta suerte de momia psicoanalítica… conservada aún hoy en los diferentes anaqueles del Archivo Freud.En este “suplemento” reproducido en 1928 en The International Joural of Psycho-Analysis y actualizado por la autora en 1948 para The Psychoanalytic Reader de Nueva York, encontramos a un Hombre de los Lobos que se pasea por la sala de espera de la psicoanalista de turno mirando su rostro en los espejos del lugar, se lamentaba de ser víctima de un daño en la nariz. Padecía de una idée fixe hipocondríaca afirma Mack Brunswick. El paciente llega a ella en octubre de 1926 (había terminado su análisis con Freud en 1920) y cuando en 1926 decide verlo, se le “sugiere” que sea con Ruth y no con Sigmund que debía analizarse. Poco sabemos del por qué de dicha indicación. Se nos informa que esta reseña abarca cinco meses de tratamiento, aunque dos años después el paciente vuelve al consultorio para reanudar un análisis de varios años.

Si bien, de modo muy general podemos decir que la autora basa su análisis en un “residuo no resuelto” de la transferencia del paciente con Freud (a quien culpaba de no haberlo dejado partir hacia Rusia para salvar su fortuna), el lector podrá encontrar en el artículo momentos de interés que van desde un diagnóstico de paranoia de tipo hipocondríaco - lo que produce cierto escándalo en el medio psicoanalítico del momento como muestran las réplicas de Muriel Gardiner, quien afirmaba que nada de psicosis encontraba ella en Sergei- pasando por versiones del famoso sueño de los lobos - entre otros - que el paciente actualiza para su nueva analista. El lector puede también deleitarse –no sin perplejidad- viendo a la psicoanalista intentando convencer a Pankejeff de no ser el hijo favorito de Freud. Por otro lado, el mismo Sigmund Freud hacía una colecta año a año para solventar a Sergei. También Mack Brunswick trataba de convencerlo de que ella no hablaba con Freud sobre su caso, el lector podrá juzgar a lo largo del suplemento que sí lo hacía. El hecho mismo de que Ruth Mack Brunswick lo atendiera sin cobrarle habla del lugar que el paciente ruso tenía, no solo para Freud y para Mack Brunswick, sino para la comunidad psicoanalítica internacional que colaboraba de una forma u otra a mantener viva esta suerte de momia psicoanalítica… conservada aún hoy en los diferentes anaqueles del Archivo Freud.


[*] la imagen (arriba a la izquierda) es un receta escrita por Sigmund Freud para la esposa de Sergei Pankejeff, el 22 de noviembre de 1919. Freud prescribió una solución de yodo en alcohol, para uso externo. La misma se indicaba típicamente como contrairritante para problemas de la piel. (Sigmund Freud´s Papers, LOC).


Se presenta a continuación el texto.

Mack Brunswick, R. (1971 [2002]). "Suplemento a la “Historia de una neurosis infantil” de Freud (1928)". En: El Hombre de los Lobos por El Hombre de los lobos. Bs. As. Nueva Visión. pp. 179-221.


Sergei Pankejeff, 1963, con Muriel Gardiner



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